Saturday, May 24, 2008

y bueno...


Al final todo lo que tenía que pasar pasó.
Todos y cada uno de los infinitos pasos que faltaban fueron marcados con una cruz detrás de mis ojos.
No esperaba que fuera distinto.
Si esperaba no estar para no verlo (para no verte).

Para un lado todo era maravilloso. La música eterna, la alfombra que nunca está del todo limpia, las ventanas con gotitas de lluvia y la luz. Esa luz que entra cada segundo de mis días y no se va jamás. Porque siempre hay luz. Y tal vez por eso, ahora ya no duermo tanto... ni vos querés venir tanto a dormir conmigo.

Del otro lado todo era negro, pesado, vacío, absurdo.
Justo cuando todo empezaba a funcionar de una manera casi armoniosa, cuando mi cama se había acostumbrado a escuchar tus pasos por la mañana, cuando estar sola era una espera desesperada...
Todo pareció derrumbarse (pero en realidad adentro mío).
Y estar sola era cada vez mas desgarrador.
Y cuanto mas se complicaban mis mañanas, mas quería verte por las noches.
Tal vez por eso te extraño.
No por vos...

Ni siquiera por mí...